Cuéntanos un poco sobre ti.
Tengo 29 años, estoy casada desde hace 7 años y tengo una hija de 4 años que se llama Marthina; soy venezolana con familia Canaria y estuve viviendo en Tenerife un par de años, luego en Huesca y estando ahí fue que decidí hacer el bootcamp en verano de 2022, es decir, que no solo tomé la decisión de meterme en esto si no que también me tuve que ir 3 meses lejos de mi hija y mi marido, aunque todos los findes iba a visitarlos.
¿Qué estabas haciendo antes de decidir unirte a Ironhack?
En un proyecto personal de diseño de interiores, pero siempre me he dedicado al mundo del marketing, ventas y business. Nunca me había planteado tomar el camino del sector tecnológico al 100% o mucho menos ser programadora.
Decidiste estudiar un bootcamp siendo madre. ¿Te costó tomar la decisión por miedo a no poder compaginarlo con una experiencia tan intensa?
Por supuesto que me costó tomar la decisión y fue crucial el apoyo de mi marido y mi familia en el momento de venirme a esta aventura. Pero tenía muy claro que era un paso importante para mi desarrollo profesional, además que si quería tener más conciliación familiar, la forma de hacerlo era invertir en mí educación para buscar mejores oportunidades y después de ver varias opciones y opiniones de ironhackers, quise hacerlo aquí.
¿Cómo fue tu experiencia en el curso teniendo una pequeña? ¿Cómo organizabas tu día?
En mi caso que estaba a distancia, yo a primera hora tenía mi videollamada en el desayuno luego todo el día a tope en el bootcamp, en la tarde-noche otra videollamada para ponernos al día y que me viera un rato (podía ser mientras iba en el metro de regreso o ya en casa a la hora de la cena). Los fines de semana que tenía proyecto, me iba a Huesca para compartir en persona, estaba con ella en el día pero a la hora de la siesta me sentaba a programar un rato y en la noche al dormirla, volvía a sentarme.
¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste siendo madre durante el curso?
Estar lejos y sentir que me perdía momentos de su crecimiento, pero mi motor era pensar en que quería mejores oportunidades laborales y que si no hacía nada, eso nunca iba a cambiar.
¿Qué les dirías a las madres para que sigan formándose profesionalmente?
Que la decisión no es fácil, pero si estamos buscando cambios en nuestra área profesional tenemos que hacer algo, hay que empezar invirtiendo en nosotras para que luego otros inviertan.
¿Y qué le dirías a tu hija si en un futuro decide formarse en el sector tecnológico?
Para mí ha sido la mejor decisión, yo soy la primera que la voy a impulsar a formarse en cualquier rama tecnológica porque el abanico de oportunidades que puedes conseguir es grande y ya el sector tecnológico no es el ‘futuro’ es el hoy.
¿Consideras que el sector tech es favorecedor para la conciliación familiar?
Totalmente, fue uno de mis grandes puntos para tomar la decisión. Puedes conseguir opciones de híbrido o remoto, de esa forma compaginar tu día a día con la familia.
Por último, ¿qué es lo que más te ha gustado de toda esta experiencia?
Hay varios puntos que he disfrutado como el ambiente con los compañeros, el networking, ese aprendizaje continuo pero el romper todas esas barreras de lo que somos capaces o no, se trata de actitud y ahora pienso en lo tonta que era cuando pensaba que esto no era para mí