Cuéntanos un poco sobre ti.
Me llamo Catalina Vázquez, tengo 32 años y desde que terminé la carrera y hasta hace unos meses he ejercido siempre como arquitecta. Tengo una hija de casi 2 años y a finales de junio tendré mi segundo bebé.
¿Qué estabas haciendo antes de decidir unirte a Ironhack?
Antes de unirme a Ironhack trabajaba como arquitecta. Así lo he hecho durante más de 7 años, tanto en pequeños estudios como en grandes empresas en España y en el extranjero. Tuve la suerte de trabajar en Londres hace unos años y es allí donde descubrí el apasionante mundo del diseño UX/UI, y aunque estuve tentada de hacerlo hace 4 años no fue hasta enero de 2023 cuando me lancé a hacer el bootcamp.
Decidiste estudiar un bootcamp siendo madre. ¿Te costó tomar la decisión por miedo a no poder compaginar una experiencia tan intensa?
La verdad es que mi vida dio un giro los últimos meses y era un momento delicado porque mi hija tenía un año y medio y además me acababa de quedar embarazada.
Diría que no me costó mucho tomar la decisión porque en ese momento sentía que necesitaba hacer algo que me llenara y me motivara para darle lo mejor a mis hijos. Sabía que si con una niña iba a ser muy sacrificado, si esperaba a que naciera el segundo sería aún más difícil y esto me ayudó mucho a tomar la decisión. Me mentalicé de que serían 9 semanas sin estar mucho tiempo con ella, que iba a ser muy duro, pero que tenía que implicarme al 100% para sacarle el máximo partido.
¿Cómo fue tu experiencia en el curso teniendo una pequeña? ¿Cómo organizabas tu día?
Siendo realistas lo más importante para esto era tener apoyo en casa. Tengo la enorme suerte de que mi marido teletrabaja casi todos los días y contamos con ayuda familiar para suplir el tiempo que yo no podía ocuparme de nuestra hija. Antes de empezar hicimos una planificación de menús y organizábamos la compra y las comidas los fines de semana porque el ritmo del bootcamp es frenético. Lo que sí que tenía claro es que, aunque fuera un rato corto, quería verla todos los días así que me levantaba antes para poder estar lista cuando a ella le tocaba despertarse y prepararse para ir a la guardería. De esta forma, empezaba las clases habiendo estado con ella.
Las primeras semanas los trabajos son en grupo por lo que casi ninguna tarde llegaba a verla antes de que se fuera a dormir, pero durante la parte final del bootcamp, en la que los trabajos son individuales, sí que procuraba llegar a casa a acostarla y luego seguía trabajando. Los días son muy largos y no tienen suficientes horas, pero al fin y al cabo son 9 semanas que pasan muy rápido y el cuerpo es muy sabio y se acostumbra rápido a dormir menos. Los fines de semana prioricé a mi familia antes todo y cuando tenía que trabajar me organizaba para pasar por lo menos mediodía con ella y disfrutar el tiempo juntas al máximo.
¿Cuál fue el mayor desafío que enfrentaste siendo madre durante el curso?
Es difícil que alguien que no tiene hijos entienda la responsabilidad y el sacrificio extra que conlleva hacer un bootcamp, pero cada persona tiene su circunstancia y tiene que lidiar con lo suyo. Sin embargo, el mayor desafío fue que Reyes empezó a enganchar varias enfermedades, febrero es un mes de mucho frío y virus y acabamos 3 veces en Urgencias. Por suerte no fue nada grave, pero mentalmente me sentía mucho más culpable de no estar tan presente cuando ella lo necesitaba. Por otro lado, creo que al ser tan pequeña ella no era tan consciente de que los días pasaban y yo no estaba en casa.
¿Qué les dirías a las madres para que sigan formándose profesionalmente?
Me parece fundamental que toda madre que quiera hacerlo no deje de perseguir sus sueños, pero también creo que hay que tener mucho apoyo en casa porque los niños necesitan a sus madres. Hay que ser muy organizado para que las cosas sigan un ritmo normal en casa y que no se note tanto la ausencia. Lo que me llevó a hacerlo a mí es que creo firmemente que lo más importante es ser feliz con lo que uno hace o decide porque el trabajo ocupa mucha parte de nuestras vidas e influye en nuestro estado anímico y carácter. Cuanto más nos guste lo que hacemos, se verá reflejado en cómo somos y disfrutamos de nuestros hijos.
¿Y qué le dirías a tu hija si en un futuro decide formarse en el sector tecnológico?
Le diría que adelante, que luche por conseguir lo que quiere, pero que no sienta tanta presión como tenemos ahora mismo. Lo más importante es encontrar un equilibrio y creo que el mundo tecnológico va por el mejor de los caminos, aunque aún queda camino por recorrer.
¿Consideras que el sector tech es favorecedor para la conciliación familiar?
Creo que cada vez más empresas del sector tech favorecen el teletrabajo, la flexibilidad horaria y que cada uno encuentre sus horas para sacar su trabajo adelante. Diría que es el mejor sector para poder conciliar y ya he escuchado de bastantes líderes que no importa cómo, dónde y cuándo se haga el trabajo mientras esté hecho, es un mensaje que se debería difundir en muchos otros entornos.
Por último, ¿qué es lo que más te ha gustado de toda esta experiencia?
Demostrarme a mí misma que podía con ello y que merecía la pena. Me mentalicé de que iba a ser muy duro y fueron muchísimas horas de trabajo, pocas de sueño y el sentimiento constante de saber que no estaba viendo casi a mi hija. Obviamente durante el proceso sentí miedo de “equivocarme”, pero acabar el bootcamp con la satisfacción de haberlo dado todo y ver los frutos al ganar el Hackshow ha sido la mejor recompensa de todas.